Al principio no podía soltar el libro, hasta que los solté. Viajé a Venezuela, en Agosto, lo llevé conmigo y tampoco lo terminé de leer.
La semana pasada, dije "ahora si, que si!". En la tarde del jueves y la mañana del viernes terminé de leerlo.
De nuevo no lo podía soltar. Y me alegré de no haberlo leído el año pasado. Porque, el libro en si, tiene temas que me han pasado y justamente ocurrió el año pasado y me ha tomado todo un año procesarlo.
Leer La Soledad de Los Números Primos, ahora, fue el momento correcto.
Lo común y apropiado, sería que contara de qué se trata el libro, pero no lo haré. Léanlo.
Sólo colocaré ésto, un fragmento del libro.
"Bien sabía lo que tenía que hacer: volver con ella y sentarse a su lado, cogerle la mano y decirle que no tenía que haberse ido, y besarla, besarla una y otra vez y otra vez, hasta que no pudieran dejar de besarse. Ocurría en las películas y ocurría en la vida real, todos los días La gente no perdía el tiempo, se aferraba a unas pocas casualidades y fundaba sobre ella su existencia. Tenía que decirle a Alice que ahí estaba, o irse de nuevo, tomar el primer avión y regresar al lugar donde había vivido en vilo todos aquellos años."
Lo que más me gusta de este libro, es que no tiene el final esperado, no es común y eso me produjo una paradojica tristeza-felicidad.
Ahora estoy en búsqueda de libros como el que leí.
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