jueves, 6 de junio de 2013

La Soledad De Los Números Primos

El año pasado, 2012, Andrea me prestó un libro "La Soledad de Los Números Primos" de Paolo Giordano. Se lo pedí prestado, porque no hacía nada en la casa, una vez que terminé la carrera.

Al principio no podía soltar el libro, hasta que los solté. Viajé a Venezuela, en Agosto, lo llevé conmigo y tampoco lo terminé de leer.

La semana pasada, dije "ahora si, que si!". En la tarde del jueves y la mañana del viernes terminé de leerlo.
De nuevo no lo podía soltar. Y me alegré de no haberlo leído el año pasado. Porque, el libro en si, tiene temas que me han pasado y justamente ocurrió el año pasado y me ha tomado todo un año procesarlo.

Leer La Soledad de Los Números Primos, ahora, fue el momento correcto.

Lo común y apropiado, sería que contara de qué se trata el libro, pero no lo haré. Léanlo.

Sólo colocaré ésto, un fragmento del libro.

"Bien sabía lo que tenía que hacer: volver con ella y sentarse a su lado, cogerle la mano y decirle que no tenía que haberse ido, y besarla, besarla una y otra vez y otra vez, hasta que no pudieran dejar de besarse. Ocurría en las películas y ocurría en la vida real, todos los días  La gente no perdía el tiempo, se aferraba a unas pocas casualidades y fundaba sobre ella su existencia. Tenía que decirle a Alice que ahí estaba, o irse de nuevo, tomar el primer avión y regresar al lugar donde había vivido en vilo todos aquellos años."


Lo que más me gusta de este libro, es que no tiene el final esperado, no es común y eso me produjo una paradojica tristeza-felicidad.

Ahora estoy en búsqueda de libros como el que leí.

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